La Revista Muy Interesante ha publicado recientemente un artículo en el que se esclarecen los misterios de este neurotransmisor, fundamental para muchos de los procesos mentales como el aprendizaje.
Hasta ahora se había creído que única función de la dopamina era la de transmitir sensaciones placenteras al cerebro, como respuesta a determinados estímulos, por ejemplo cuando comemos una torta de chocolate o besamos a alguien. Recientes investigaciones han descubierto que el neurotransmisor está involucrado en la coordinación muscular, la toma de decisiones y la regulación del aprendizaje y la memoria, siendo que estas últimas se relacionan directamente a nuestra materia.
Sin la dopamina, ninguna técnica de enseñanza surtiría efectos, ya que se anularía la curiosidad y motivación imprescindible en toda practica didáctica. Ahora sabemos que la motivación no es más que el estimulo del cerebro para que este libere dopamina, necesaria para retener conocimientos.
Los descubrimientos continúan. La clínica Universitaria Charité de Berlín, publicó en la revista Nature Neurocience, que la cantidad de dopamina que contiene la amígdala cerebral de una persona podría definir si esta es tranquila y confiada en si misma o si es miedosa y con tendencia a sufrir estrés. Esta información puede sernos muy útil a la hora de comprender la personalidad de nuestros estudiantes, por ejemplo: la pasión por conductas riesgosas en algunos puede atribuirse a un aumento de la citada sustancia química en ciertas zonas del cerebro de los adolecentes
El cono de Dale claramente nos indica que el mayor aprendizaje se logra al simular la experiencia que se intenta aprender, pues bien, nada de esto podrá ser posible sin una adecuada producción de dopamina al momento del aprendizaje. Entonces surge la pregunta ¿Cómo asegurarnos de que los niveles de dopamina sean estables en uno? Es evidente que una buena alimentación y el ejercicio físico aseguran la estabilidad de nuestro organismo, sin embargo también será necesario tomar en cuenta los siguientes consejos:
Dormir adecuadamente: Cuando no se descansan las 6 horas mínimas una noche, los niveles de hormona se disparan para compensar el cansancio natural, producido por el desgaste de las conexiones neuronales en el cerebro. Si se prolonga el mal descanso las siguientes noches, pronto las reservas de dopamina se agotarán, causando estragos en la memoria, la percepción además de causar estados de depresión que perjudicarían no solo el aprendizaje sino en general, el estilo de vida del estudiante.
Sociabilizar: La Universidad de Columbia publico un estudio donde se confirma que mientras más alto es el estatus social de una persona, mayor es el número de receptores dopaminérgicos D2 en su cerebro. Esto explica porque los estudiantes más sociables, parecen ser más inteligentes y despiertos que sus homólogos menos sociables, y es que los primeros están más motivados y satisfechos, en otras palabras, tienen más posibilidades de alcanzar el éxito académico.
Fabián Davis Zurita
Buen post amigo no pares de crecer
ResponderEliminar